Mitos sobre el magnesio: ¿realmente cura la fibromialgia o el tinnitus?
Existen multitud de mitos sobre el magnesio. ¿Es realmente la cura para la fibromialgia o el tinnitus?. Analizamos la ciencia detrás de estas y otras afirmaciones.
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4/23/202512 min read


El magnesio. Este mineral ha estado en el centro de atención en el mundo de la salud y el bienestar durante años. Se le atribuyen innumerables beneficios, desde mejorar el sueño y reducir el estrés hasta aliviar dolores crónicos y curar enfermedades complejas. Dada su participación en cientos de procesos bioquímicos en el cuerpo, es lógico pensar que un mineral tan vital tendría un impacto significativo en nuestra salud. Y, en efecto, lo tiene. Sin embargo, la creciente popularidad del magnesio ha dado pie a la proliferación de numerosos mitos sobre el magnesio, afirmaciones que a menudo exageran o distorsionan la evidencia científica.
Entre las afirmaciones más persistentes se encuentran las relacionadas con condiciones crónicas y a menudo difíciles de tratar, como la fibromialgia y el tinnitus. ¿Puede el magnesio realmente ser la clave para aliviar o incluso curar estas dolencias?. ¿O son estos solo algunos de los mitos sobre el magnesio que debemos examinar críticamente?. En este extenso artículo, desglosaremos algunos de los mitos más comunes en torno al magnesio y lo que la ciencia real nos dice sobre ellos, prestando especial atención a las afirmaciones sobre la fibromialgia y el tinnitus.


La importancia innegable del magnesio: un recordatorio de sus funciones vitales
Para entender por qué el magnesio es objeto de tantos mitos y esperanzas, es fundamental recordar su papel crucial en el cuerpo. El magnesio es un cofactor (una molécula auxiliar) en más de 300 sistemas enzimáticos. Esto significa que cientos de reacciones vitales dependen de su presencia.
Sus funciones comprobadas incluyen:
Producción de energía (metabolismo del atp).
Síntesis de proteínas, adn y arn.
Función muscular y nerviosa adecuada (transmisión de impulsos nerviosos, contracción y relajación muscular).
Regulación de la presión arterial.
Control del azúcar en sangre.
Salud ósea (esencial para la estructura ósea y regula los niveles de calcio y vitamina d).
Transporte de otros iones, como el calcio y el potasio.
Dado este amplio espectro de funciones, una deficiencia de magnesio puede manifestarse con una variedad de síntomas inespecíficos, lo que a veces lleva a asociar el magnesio con cualquier dolencia.
¿Por qué surgen y se extienden los mitos sobre el magnesio?
La facilidad con la que se propagan los mitos sobre el magnesio no es casual. Hay varios factores que contribuyen a ello:
Deficiencia generalizada: Se estima que una parte significativa de la población mundial no alcanza la ingesta diaria recomendada de magnesio debido a dietas modernas pobres, agotamiento de minerales en los suelos agrícolas y procesamiento de alimentos. Sentirse "mejor" después de tomar magnesio puede ser simplemente corregir una deficiencia subyacente, no un efecto curativo milagroso para una enfermedad específica.
Síntomas inespecíficos de la deficiencia: La fatiga, los calambres musculares, la ansiedad leve, los problemas para dormir y los dolores de cabeza son síntomas comunes de la deficiencia de magnesio, pero también lo son de muchas otras condiciones. Mejorar estos síntomas con magnesio (al corregir la deficiencia) puede llevar a la creencia errónea de que el magnesio "curó" una enfermedad más compleja que presentaba esos síntomas.
Marketing agresivo: La industria de los suplementos a menudo promueve productos con afirmaciones exageradas y poco respaldadas científicamente.
Evidencia anecdótica: Las historias personales de personas que han experimentado mejoría después de tomar magnesio son poderosas, pero no constituyen prueba científica de causalidad o efectividad generalizada.
Investigación en curso: El estudio del magnesio y su impacto en la salud es un campo activo. A veces, los hallazgos preliminares o los resultados de estudios pequeños y limitados se presentan como conclusiones definitivas.
Mitos comunes sobre el magnesio y lo que dice la ciencia
Vamos a abordar algunos de los mitos más extendidos y contrastarlos con la evidencia científica actual.
Mito 1: el magnesio cura la fibromialgia
La fibromialgia es un trastorno crónico complejo caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado, fatiga, problemas de sueño y a menudo problemas cognitivos ("fibro fog") y trastornos del estado de ánimo. Sus causas no se comprenden completamente y su tratamiento es multidisciplinario y sintomático, no curativo.
La afirmación: La deficiencia de magnesio es una causa principal de la fibromialgia y suplementar con magnesio puede curarla o aliviar significativamente todos sus síntomas.
La ciencia: Algunos estudios han encontrado niveles bajos de magnesio en los glóbulos rojos o el suero de algunas personas con fibromialgia, mientras que otros no han hallado esta asociación. Si existe una relación, no está claro si la deficiencia contribuye a la fibromialgia o es una consecuencia de la enfermedad (quizás por una menor ingesta debido a los síntomas o problemas de absorción). Los estudios sobre la suplementación con magnesio para la fibromialgia han tenido resultados mixtos y generalmente modestos. Algunos han sugerido una posible mejora en ciertos síntomas como el dolor o la fatiga en un subgrupo de pacientes, especialmente si se combina con otros nutrientes como el ácido málico. Sin embargo, estos estudios suelen ser pequeños y no replicados a gran escala. El magnesio no es una cura para la fibromialgia.
La realidad: El magnesio es vital para la función muscular y nerviosa y participa en la percepción del dolor. Si una persona con fibromialgia tiene una deficiencia de magnesio concurrente, corregir esa deficiencia podría ayudar a aliviar algunos de sus síntomas, particularmente los musculares o la fatiga, como parte de un plan de tratamiento integral. Pero no aborda todas las complejidades de la fibromialgia y no es el tratamiento primario ni una cura.
Mito 2: el magnesio cura el tinnitus (zumbido en los oídos)
El tinnitus es la percepción de un sonido (zumbido, silbido, etc.) en los oídos o la cabeza sin que exista una fuente externa. Es un síntoma, no una enfermedad, y puede ser causado por una amplia variedad de factores, incluyendo pérdida auditiva relacionada con la edad, exposición a ruidos fuertes, tapones de cerumen, problemas vasculares, ciertos medicamentos y estrés.
La afirmación: La deficiencia de magnesio causa tinnitus y tomar suplementos de magnesio lo eliminará.
La ciencia: El magnesio juega un papel en la salud del oído interno y en la protección contra el daño auditivo inducido por el ruido. Algunos estudios en animales y humanos sugieren que el magnesio podría tener un efecto protector sobre las células ciliadas del oído interno y mejorar el flujo sanguíneo. Se ha investigado la suplementación de magnesio en la prevención del tinnitus después de la exposición a ruido fuerte o como parte del tratamiento del tinnitus crónico. Los resultados son, en el mejor de los casos, inconsistentes o muestran efectos muy limitados. No hay evidencia concluyente de que el magnesio cure el tinnitus una vez establecido, especialmente si es causado por pérdida auditiva u otros factores no relacionados con la deficiencia aguda de magnesio.
La realidad: El magnesio es importante para la salud auditiva general y podría tener un papel preventivo o modulador en ciertos tipos de tinnitus, quizás mejorando el flujo sanguíneo o protegiendo contra el daño nervioso. Sin embargo, no es un tratamiento establecido ni una cura para la mayoría de los casos de tinnitus crónico. Buscar la causa subyacente del tinnitus con un médico especialista es fundamental.
Mito 3: el magnesio cura la ansiedad y la depresión
El magnesio está involucrado en la regulación de neurotransmisores y en el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal (hpa), que regula la respuesta al estrés.
La afirmación: La ansiedad, la depresión y el estrés son causados por la deficiencia de magnesio y se curan tomando suplementos.
La ciencia: Los estudios observacionales han encontrado una asociación entre bajos niveles de magnesio y una mayor prevalencia de ansiedad y depresión. El magnesio influye en la actividad del gaba (ácido gamma-aminobutírico), un neurotransmisor calmante, y en la liberación de hormonas del estrés. Algunos ensayos clínicos, a menudo pequeños, han sugerido que la suplementación con magnesio podría ser beneficiosa para aliviar los síntomas de ansiedad y depresión leves a moderados, o como terapia adyuvante a los tratamientos convencionales (terapia y medicación), particularmente si hay una deficiencia subyacente. Sin embargo, el magnesio no es una cura para trastornos de ansiedad o depresión clínica, que son condiciones complejas que requieren diagnóstico y tratamiento profesional.
La realidad: El magnesio juega un papel en las vías neurológicas y hormonales relacionadas con el estado de ánimo y el estrés. Corregir una deficiencia puede mejorar los síntomas de ansiedad o depresión en algunas personas, pero no reemplaza la atención profesional para trastornos de salud mental.


Mito 4: el magnesio elimina todos los calambres musculares
Los calambres musculares son contracciones involuntarias y dolorosas de un músculo o grupo de músculos.
La afirmación: Cualquier calambre muscular es un signo de falta de magnesio y tomar suplementos lo resolverá siempre.
La ciencia: El magnesio es esencial para la relajación muscular. La deficiencia de magnesio puede, de hecho, causar un aumento de la excitabilidad muscular y provocar calambres. La suplementación con magnesio ha mostrado ser efectiva para reducir la frecuencia e intensidad de los calambres nocturnos en algunas poblaciones, como mujeres embarazadas o ancianos, donde la deficiencia es más común o la causa no es clara. Sin embargo, los calambres tienen muchísimas otras causas: deshidratación, desequilibrio electrolítico (sodio, potasio, calcio), fatiga muscular, sobreesfuerzo, problemas nerviosos, compresión nerviosa, ciertas condiciones médicas (enfermedad renal, tiroides) y el uso de ciertos medicamentos (diuréticos, estatinas). El magnesio no curará los calambres causados por estas otras razones.
La realidad: El magnesio puede ser muy útil para ciertos tipos de calambres, especialmente si están relacionados con una deficiencia. Si sufres calambres frecuentes, es importante consultar a un médico para determinar la causa subyacente en lugar de asumir automáticamente que es falta de magnesio.
Mito 5: el magnesio cura el insomnio y te hace dormir profundamente
El sueño es un proceso complejo regulado por múltiples factores biológicos y ambientales.
La afirmación: Tomar magnesio te garantizará dormir toda la noche sin problemas y curará cualquier tipo de insomnio.
La ciencia: El magnesio influye en los receptores gaba, que tienen un efecto sedante y calmante en el sistema nervioso. También puede afectar la melatonina, la hormona reguladora del ciclo sueño-vigilia. Algunos estudios sugieren que la suplementación con magnesio puede mejorar la calidad del sueño y la duración en personas mayores o aquellas con problemas de sueño asociados a bajos niveles de magnesio. Sin embargo, el insomnio puede ser causado por estrés, ansiedad, hábitos de sueño pobres, cafeína/alcohol, ciertas enfermedades, dolor, apnea del sueño, etc. El magnesio no es una cura universal para el insomnio.
La realidad: El magnesio puede ser un coadyuvante útil para mejorar el sueño en algunos casos, especialmente si la deficiencia contribuye al problema o si el mecanismo de acción del magnesio (relajación, efecto sobre gaba) es relevante para el tipo específico de insomnio.
Mito 6: todo el magnesio se absorbe igual, da igual la forma
Los suplementos de magnesio vienen en una variedad confusa de formas químicas (óxido, citrato, glicinato, taurato, treonato, sulfato, etc.).
La afirmación: La forma de magnesio que tomes no importa, todas se absorben igual de bien y tienen los mismos efectos.
La ciencia: ¡Falso!. La biodisponibilidad (la cantidad de magnesio que el cuerpo absorbe y utiliza) varía significativamente entre las diferentes formas. El óxido de magnesio, por ejemplo, es común y económico, pero tiene una biodisponibilidad relativamente baja y a menudo se usa más por su efecto laxante que por su absorción sistémica. Formas como el citrato, glicinato, taurato o malato generalmente tienen una mayor biodisponibilidad y son mejor toleradas digestivamente para suplementación general. El treonato de magnesio es objeto de investigación por su posible capacidad de cruzar la barrera hematoencefálica, aunque aún se necesitan más estudios en humanos. El sulfato de magnesio (sales de Epsom) se absorbe muy limitadamente a través de la piel en baños.
La realidad: La elección de la forma de suplemento de magnesio es importante dependiendo de la finalidad (corregir deficiencia, aliviar estreñimiento, posible efecto específico) y la tolerancia digestiva. No todas las formas son iguales en cuanto a absorción y efecto sistémico.
Mito 7: cuanto más magnesio, mejor para la salud
Si un poco es bueno, mucho debe ser fantástico, ¿verdad?. No necesariamente.
La afirmación: Tomar dosis muy altas de magnesio, superando con creces la ingesta diaria recomendada, maximizará los beneficios para la salud.
La ciencia: El cuerpo tiene mecanismos para regular los niveles de magnesio. El exceso de magnesio ingerido por vía oral que no es necesario suele ser excretado por los riñones. Sin embargo, una ingesta excesiva, especialmente de suplementos, puede saturar estos mecanismos. El efecto secundario más común de las dosis altas de magnesio oral es la diarrea, ya que el magnesio no absorbido atrae agua al intestino. Dosis extremadamente altas pueden llevar a hipermagnesemia (niveles excesivamente altos de magnesio en sangre), una condición grave, aunque es rara en personas con función renal normal y generalmente ocurre por sobredosis accidentales de laxantes o antiácidos con magnesio, o en personas con insuficiencia renal. Existe un límite superior de ingesta tolerable para el magnesio suplementario (generalmente 350 mg al día para adultos), que es la dosis máxima que probablemente no cause diarrea. Superar este límite no aumenta los beneficios sistémicos de forma proporcional y aumenta el riesgo de efectos secundarios.
La realidad: Es importante respetar las dosis recomendadas de suplementos, a menos que un profesional de la salud indique lo contrario por una razón específica. "Más" no siempre es sinónimo de "mejor" cuando se trata de minerales; el equilibrio es clave.
Mito 8: puedes confiar en que tu dieta moderna te aporta suficiente magnesio
La afirmación: La deficiencia de magnesio es muy rara si comes "normal".
La ciencia: Aunque la deficiencia severa de magnesio que causa síntomas graves es relativamente rara en personas sanas, la ingesta subóptima (por debajo de la ingesta diaria recomendada) es sorprendentemente común. Las dietas modernas a menudo son ricas en alimentos procesados y refinados, que pierden gran parte de su contenido de magnesio durante el procesamiento. Además, el agotamiento mineral en los suelos agrícolas también puede contribuir a un menor contenido de magnesio en los cultivos. Factores del estilo de vida como el estrés crónico, el alto consumo de alcohol, ciertas condiciones médicas y medicamentos también pueden aumentar la pérdida de magnesio o disminuir su absorción.
La realidad: Es posible y bastante común no obtener suficiente magnesio solo con la dieta, incluso si no se tiene una deficiencia clínica severa. Prestar atención a incluir fuentes ricas en magnesio (semillas, nueces, legumbres, vegetales de hoja verde) es importante, y la suplementación puede ser necesaria para algunos, siempre bajo asesoramiento profesional.
El rol real del magnesio: un pilar de apoyo, no una píldora mágica
Después de examinar estos mitos, queda claro que el magnesio no es una cura milagrosa para una amplia gama de enfermedades. No va a eliminar mágicamente la fibromialgia o el tinnitus, ni curará la ansiedad, la depresión o todos los calambres.
Sin embargo, desmentir estos mitos no disminuye la importancia crucial del magnesio. Es un mineral fundamental para mantener numerosas funciones corporales en óptimo estado. Asegurar una ingesta adecuada de magnesio es vital para la salud general y puede:
Apoyar la función muscular y nerviosa.
Contribuir a la salud cardiovascular (como vimos en el artículo anterior).
Ayudar a regular el azúcar en sangre.
Apoyar la salud ósea.
Potencialmente ayudar a modular la respuesta al estrés y mejorar la calidad del sueño en personas con niveles bajos o ingesta insuficiente.
En el contexto de condiciones como la fibromialgia o el tinnitus, mantener niveles adecuados de magnesio puede ser una estrategia de apoyo que ayude a mejorar algunos síntomas relacionados con las funciones que el magnesio regula (dolor muscular, fatiga, estrés, sueño), especialmente si existe una deficiencia. Pero siempre debe ser parte de un enfoque de tratamiento integral y no el único recurso.
Conclusión
El magnesio es un mineral increíblemente importante para nuestra salud, involucrado en una asombrosa cantidad de procesos fisiológicos. Sin embargo, su popularidad ha llevado a la creación y difusión de mitos sobre el magnesio que le atribuyen poderes curativos que la ciencia no respalda.
Es fundamental distinguir la evidencia de las afirmaciones exageradas. El magnesio no es una cura para la fibromialgia o el tinnitus, ni una solución mágica para la ansiedad, la depresión o todos los calambres. Pero sí es un pilar esencial para el buen funcionamiento del cuerpo. Asegurar una ingesta adecuada a través de una dieta rica en fuentes naturales (semillas, frutos secos, legumbres, vegetales de hoja verde) es una de las mejores inversiones que puedes hacer en tu salud.
Si sospechas que puedes tener una deficiencia de magnesio o si estás considerando suplementos para alguna condición específica, la mejor aproximación es siempre buscar el consejo de un profesional de la salud. Ellos pueden evaluar tu situación individual, diagnosticar correctamente cualquier problema subyacente y recomendar el plan de tratamiento más apropiado, que podría incluir o no la suplementación con magnesio. Desconfía de las promesas de curas milagrosas y céntrate en nutrir tu cuerpo de forma equilibrada.
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