¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?. Siete causas comunes más allá de la dieta

Descubre las 7 causas comunes de la deficiencia de magnesio que van más allá de la alimentación. Conoce cómo condiciones médicas, medicamentos, estrés crónico y otros factores afectan tus niveles de magnesio. Aprende cuándo consultar a un profesional.

DEFICIENCIA

5/1/202515 min read

¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?
¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?

El magnesio es un mineral de vital importancia para el funcionamiento adecuado de casi todas las células del organismo. Participa en una vasta gama de procesos biológicos, incluyendo la función muscular y nerviosa, la producción de energía, la síntesis de proteínas y ADN, la regulación de los niveles de azúcar en sangre y la presión arterial, así como el mantenimiento de la salud ósea. Este mineral esencial actúa como un electrolito, facilitando la comunicación y la función celular apropiadas.

La deficiencia de magnesio, también conocida como hipomagnesemia, se caracteriza por niveles séricos de magnesio inferiores a 1.46 mg/dL (0.6 mmol/L). Sin embargo, es importante destacar que los síntomas de esta deficiencia a menudo no se manifiestan hasta que los niveles de magnesio en sangre descienden por debajo de 1.2 mg/dL (0.5 mmol/L). La prevalencia de la hipomagnesemia varía considerablemente entre diferentes grupos de población. Mientras que se estima que entre el 2% y el 15% de la población general experimenta deficiencia de magnesio, esta cifra aumenta significativamente en poblaciones específicas. Por ejemplo, entre el 10% y el 20% de los pacientes hospitalizados, el 50% y el 60% de los individuos en unidades de cuidados intensivos (UCI), y entre el 30% y el 80% de las personas con trastorno por consumo de alcohol presentan niveles bajos de magnesio.

La marcada diferencia en la prevalencia de la deficiencia de magnesio entre la población general y estos grupos específicos sugiere que existen factores distintos a la dieta que contribuyen de manera significativa a su desarrollo. Las tasas más elevadas observadas en pacientes hospitalizados y en personas con trastorno por consumo de alcohol resaltan el impacto de las enfermedades agudas, las afecciones crónicas y los factores relacionados con el estilo de vida en la homeostasis del magnesio. Por lo tanto, resulta crucial explorar estas causas no dietéticas para comprender y abordar eficazmente el problema de la deficiencia de magnesio. El objetivo de este informe es investigar las siete causas comunes de la deficiencia de magnesio que no están directamente relacionadas con la ingesta alimentaria.

Causas comunes de deficiencia de magnesio (más allá de la dieta)

1. Condiciones Médicas

La presencia de ciertas condiciones médicas puede alterar significativamente los niveles de magnesio en el cuerpo a través de diversos mecanismos.

Diabetes Tipo 2 y resistencia a la Insulina

La diabetes tipo 2 mal controlada se asocia con una mayor excreción de magnesio a través de la orina, un fenómeno conocido como glucosuria. Los niveles elevados de glucosa en los riñones actúan como un diurético osmótico, lo que resulta en un aumento de la producción de orina y, consecuentemente, en una mayor pérdida de electrolitos esenciales, incluyendo el magnesio. Además, la resistencia a la insulina, una característica común en la diabetes tipo 2, también puede contribuir a la pérdida de magnesio a nivel renal. Es importante destacar que existe una relación bidireccional entre la diabetes y la deficiencia de magnesio. No solo la diabetes puede provocar la pérdida de magnesio, sino que también la deficiencia de magnesio puede exacerbar la resistencia a la insulina y dificultar el control glucémico, creando así un ciclo perjudicial.

La interconexión entre la diabetes tipo 2 y la deficiencia de magnesio sugiere una posible vía terapéutica. El manejo adecuado de los niveles de magnesio en pacientes diabéticos podría no solo corregir la deficiencia, sino también mejorar la sensibilidad a la insulina y el control de la glucemia. Esto justifica la consideración de la monitorización rutinaria de los niveles de magnesio y la implementación de estrategias de suplementación apropiadas en esta población de pacientes. La evidencia científica apunta a una clara relación en la que los niveles altos de azúcar en sangre conducen a una mayor eliminación de magnesio a través de la orina. Adicionalmente, algunas investigaciones sugieren que un nivel adecuado de magnesio es fundamental para la función apropiada de la insulina. Esta relación de doble vía implica que abordar la deficiencia de magnesio podría ser un componente integral del manejo de la diabetes tipo 2, lo que potencialmente conduciría a mejores resultados de salud en general.

¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?
¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?

Enfermedades gastrointestinales (enfermedad de Crohn, enfermedad celíaca, síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa)

Las enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca, el síndrome del intestino irritable y la colitis ulcerosa, pueden causar malabsorción de nutrientes esenciales, incluyendo el magnesio, en el intestino delgado. La inflamación crónica del revestimiento intestinal puede dañar las vellosidades, que son las estructuras responsables de la absorción de nutrientes, afectando así la capacidad del cuerpo para extraer adecuadamente el magnesio de los alimentos. Además, la diarrea crónica, un síntoma común en estas condiciones, también puede llevar a una pérdida significativa de magnesio a través de las heces. En casos donde se requiere la resección quirúrgica de partes del intestino delgado, especialmente el íleon y el yeyuno, que son las principales áreas de absorción de magnesio, la deficiencia puede exacerbarse aún más.

Los pacientes con trastornos gastrointestinales crónicos presentan una alta susceptibilidad a la deficiencia de magnesio debido a la combinación de una absorción deficiente y una mayor pérdida. Esto subraya la necesidad de un manejo proactivo de los niveles de magnesio en estos individuos, posiblemente a través de la monitorización regular y estrategias de suplementación específicas para prevenir las complicaciones asociadas con la hipomagnesemia. La información disponible indica que la malabsorción y la diarrea crónica, características de estas enfermedades gastrointestinales, las vinculan directamente con una menor retención de magnesio en el cuerpo. El hecho de que las intervenciones quirúrgicas puedan agravar esta situación enfatiza aún más la importancia de considerar el impacto de estas condiciones en el estado del magnesio.

Otras condiciones médicas

Además de la diabetes y las enfermedades gastrointestinales, otras condiciones médicas pueden influir en los niveles de magnesio. La pancreatitis aguda, por ejemplo, puede inducir hipomagnesemia debido a la saponificación del calcio y el magnesio en el tejido pancreático inflamado y a la liberación de hormonas que provocan un desplazamiento del magnesio hacia el interior de las células. El hiperaldosteronismo, una condición caracterizada por la producción excesiva de aldosterona por las glándulas suprarrenales, puede aumentar la excreción renal de magnesio. En cuanto a la enfermedad renal crónica, esta puede afectar la capacidad de los riñones para reabsorber magnesio de manera eficiente, lo que resulta en una mayor pérdida a través de la orina. No obstante, en las etapas avanzadas de la enfermedad renal, la capacidad para eliminar el exceso de magnesio también puede verse comprometida, lo que requiere una gestión cuidadosa.

El hipoparatiroidismo, aunque su causa principal es la deficiencia de hormona paratiroidea, puede verse afectado por la deficiencia de magnesio, ya que este mineral participa en la secreción y acción de la PTH, lo que a su vez puede repercutir en los niveles de calcio. El "síndrome del hueso hambriento", que ocurre después de una paratiroidectomía o en pacientes con metástasis óseas osteoblásticas, provoca una rápida mineralización ósea, lo que lleva a una mayor captación de magnesio del suero sanguíneo y, por lo tanto, a una disminución de los niveles séricos.5 Las quemaduras extensas también pueden resultar en una disminución de los niveles de magnesio debido a la pérdida de líquidos y electrolitos a través de la piel dañada.2 Otras condiciones como la púrpura con secreción inapropiada de hormona antidiurética (SIADH) y las deficiencias de vitamina B6 y D también se han asociado con niveles bajos de magnesio.

La diversidad de condiciones médicas aparentemente no relacionadas que pueden conducir a la deficiencia de magnesio subraya el papel intrincado que desempeña este mineral en diversos procesos fisiológicos. Esto implica que los niveles de magnesio deben considerarse en el contexto más amplio del estado de salud general de un paciente y no de forma aislada. El hecho de que afecciones que afectan el páncreas, las glándulas suprarrenales, los riñones, las glándulas paratiroides, los huesos e incluso la piel puedan influir en los niveles de magnesio resalta la importancia sistémica de este mineral. Sugiere que las alteraciones en varios sistemas corporales pueden tener un efecto dominó en la homeostasis del magnesio.

¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?
¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?

2. Medicamentos

Una variedad de medicamentos pueden interferir con la absorción de magnesio o aumentar su excreción, lo que puede resultar en una deficiencia.

Diuréticos (de asa y tiazídicos)

Los diuréticos de asa, como la furosemida y la bumetanida, y los diuréticos tiazídicos, como la hidroclorotiazida, son conocidos por aumentar la excreción renal de magnesio al interferir con su reabsorción en diferentes segmentos de los túbulos renales.Los diuréticos de asa actúan principalmente en el asa de Henle, mientras que los tiazídicos ejercen su efecto en el túbulo contorneado distal. El uso crónico de estos medicamentos puede llevar a una disminución significativa de las reservas de magnesio del organismo.9

Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP)

El uso prolongado, generalmente durante más de un año, de inhibidores de la bomba de protones (IBP) como el omeprazol, lansoprazol y esomeprazol se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar hipomagnesemia. El mecanismo exacto por el cual los IBP inducen la deficiencia de magnesio aún se encuentra bajo investigación, pero se cree que podría estar relacionado con una alteración en la absorción intestinal de este mineral. En algunos casos, la suplementación con magnesio puede no ser suficiente para corregir la deficiencia, lo que podría requerir la suspensión del IBP.

Antibióticos (aminoglucósidos, quinolonas, tetraciclinas)

Ciertos antibióticos también pueden afectar los niveles de magnesio. Los aminoglucósidos, como la gentamicina, la tobramicina y la amikacina, pueden dañar los túbulos renales, lo que resulta en un aumento de la excreción de magnesio a través de la orina. Por otro lado, las quinolonas, como la ciprofloxacina y la levofloxacina, y las tetraciclinas, como la doxiciclina y la minociclina, pueden formar complejos insolubles con el magnesio en el tracto gastrointestinal, lo que reduce la absorción tanto del antibiótico como del magnesio. Por esta razón, se recomienda tomar estos antibióticos al menos 2 horas antes o 4-6 horas después de consumir productos que contengan magnesio.3

Otros medicamentos

Además de los diuréticos, los IBP y algunos antibióticos, otros medicamentos también pueden contribuir a la deficiencia de magnesio. Estos incluyen la amfotericina B (un antifúngico), el cisplatino (un agente quimioterapéutico), el tacrolimus y la ciclosporina (inmunosupresores), la pentamidina (un antimicrobiano) y la digoxina (un medicamento para el corazón). En el caso de la digoxina, si bien la hipomagnesemia puede aumentar el riesgo de toxicidad por este medicamento, también se ha sugerido que la digoxina misma podría contribuir a la deficiencia de magnesio. El uso excesivo de laxantes también puede provocar una mayor pérdida de magnesio a través del tracto gastrointestinal.

La considerable cantidad y variedad de medicamentos que pueden afectar los niveles de magnesio resaltan la importancia de considerar el historial farmacológico de un paciente al evaluar las posibles causas de una deficiencia de magnesio. Los profesionales de la salud deben ser conscientes de este riesgo, especialmente en pacientes que toman múltiples medicamentos o que tienen afecciones preexistentes que aumentan su susceptibilidad a la deficiencia de magnesio. En ciertos casos, podría ser necesario realizar una monitorización regular de los niveles de magnesio. La amplia gama de clases de fármacos y medicamentos específicos vinculados a la deficiencia de magnesio subraya el importante potencial yatrogénico de este desequilibrio electrolítico. Esto requiere un enfoque proactivo por parte de los proveedores de atención médica para identificar a los pacientes en riesgo e implementar estrategias de monitorización y manejo adecuadas.

3. Estrés crónico

El estrés crónico puede tener un impacto significativo en los niveles de magnesio del cuerpo. El estrés prolongado puede aumentar la demanda de magnesio, ya que este mineral desempeña un papel crucial en la respuesta fisiológica al estrés. Las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, pueden movilizar el magnesio de las células, lo que podría conducir a una mayor excreción urinaria de este mineral. Aunque los mecanismos exactos aún se están investigando, algunas investigaciones sugieren que el estrés crónico puede alterar el equilibrio de diversos electrolitos, incluido el magnesio. Además, existe una relación bidireccional, ya que la deficiencia de magnesio puede exacerbar los síntomas de ansiedad y estrés, creando un posible ciclo de retroalimentación negativa.

Si bien los mecanismos fisiológicos precisos por los cuales el estrés crónico afecta los niveles de magnesio requieren más investigación, la información disponible sugiere una relación recíproca donde el estrés puede agotar el magnesio, y los niveles bajos de magnesio pueden aumentar la susceptibilidad al estrés y la ansiedad. Esto implica que el manejo del estrés podría ser una estrategia complementaria importante para mantener niveles saludables de magnesio.

4. Edad avanzada

La edad avanzada se considera un factor de riesgo significativo para la deficiencia de magnesio. Los adultos mayores tienden a tener una menor ingesta dietética de magnesio debido a cambios en los hábitos alimenticios, una disminución del apetito o dificultades para absorber los nutrientes de los alimentos. Además, la capacidad del intestino delgado para absorber el magnesio puede disminuir con la edad. La función renal también puede declinar en los adultos mayores, lo que puede afectar la capacidad de los riñones para conservar el magnesio, resultando en una mayor excreción urinaria. Finalmente, los adultos mayores son más propensos a padecer enfermedades crónicas y a tomar múltiples medicamentos, muchos de los cuales pueden interferir con la absorción o aumentar la excreción de magnesio.

La edad avanzada constituye un factor de riesgo independiente importante para la deficiencia de magnesio debido a una confluencia de factores que afectan la ingesta, la absorción y la excreción. Esto resalta la necesidad de una mayor vigilancia con respecto al estado del magnesio en los adultos mayores y la consideración de la suplementación, especialmente en presencia de otros factores de riesgo. La información disponible identifica claramente varios cambios fisiológicos relacionados con la edad que comprometen la homeostasis del magnesio. La combinación de una ingesta reducida, una absorción deficiente y una función renal alterada hace que los adultos mayores sean particularmente vulnerables a la deficiencia, lo que subraya la importancia de abordar este problema en la atención geriátrica.

¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?
¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?

5. Pérdida de magnesio a través de fluidos

La pérdida excesiva de fluidos corporales puede contribuir a la disminución de los niveles de magnesio.

Sudoración excesiva y ejercicio intenso

La sudoración excesiva, especialmente durante la actividad física intensa o en ambientes calurosos, puede resultar en una pérdida significativa de magnesio a través del sudor.2 Los atletas y las personas que realizan ejercicio de alta intensidad pueden tener mayores requerimientos de magnesio para apoyar la función muscular y la recuperación.3 Si bien la cantidad exacta de magnesio que se pierde a través del sudor puede variar según factores como la intensidad, la duración y la fisiología individual, las personas que participan regularmente en ejercicio intenso o que experimentan sudoración excesiva debido a otras razones pueden necesitar prestar más atención a su ingesta de magnesio para prevenir la deficiencia. La información disponible confirma que el magnesio se pierde a través del sudor. Esto sugiere que las actividades que conducen a una transpiración significativa podrían agotar las reservas de magnesio con el tiempo si no se reponen adecuadamente a través de la dieta o la suplementación.

Consumo de alcohol

El trastorno por consumo de alcohol se asocia fuertemente con la deficiencia de magnesio.5 Varios factores contribuyen a esta asociación, incluyendo una ingesta dietética inadecuada debido a la mala nutrición, problemas gastrointestinales como vómitos, diarrea y malabsorción, aumento de la excreción renal de magnesio debido al daño tubular inducido por el alcohol, deficiencia de fosfato y deficiencia de vitamina D.2 La hipomagnesemia es la anomalía electrolítica más frecuente en personas con alcoholismo crónico y se asocia con complicaciones como enfermedad hepática y un peor pronóstico.7 La fuerte asociación entre el consumo crónico de alcohol y la deficiencia de magnesio, impulsada por múltiples factores interconectados, subraya la importancia de abordar las deficiencias nutricionales, incluido el magnesio, en personas con trastorno por consumo de alcohol. Esto puede tener implicaciones significativas para su salud general y recuperación. La información disponible proporciona una imagen completa de cómo el consumo crónico de alcohol altera el equilibrio del magnesio a través de diversas vías, desde la reducción de la ingesta y la absorción deficiente hasta el aumento de la excreción. Esto resalta el impacto sistémico del alcohol en la homeostasis del magnesio.

6. Turnos rotativos o nocturnos

La alteración del ritmo circadiano por turnos laborales nocturnos o rotativos es una causa subestimada pero creciente de deficiencia de magnesio en la población activa. Este desajuste interfiere con la producción de melatonina, hormona que no solo regula el sueño, sino que también modula la absorción intestinal de nutrientes, incluyendo el magnesio. Simultáneamente, provoca picos anormales de cortisol (la hormona del estrés), que aumentan la excreción renal del mineral. Estudios como el publicado en Chronobiology International (2022) demuestran que trabajadores nocturnos excretan un 18% más de magnesio en orina que quienes tienen horarios diurnos.

Además, la disrupción del ciclo sueño-vigilia altera la microbiota intestinal, reduciendo bacterias beneficiosas como Lactobacillus y Bifidobacterium, esenciales para metabolizar el magnesio de los alimentos. En España, donde 1.7 millones de personas trabajan en horarios nocturnos (según el INE), esto se traduce en un riesgo un 30% mayor de hipomagnesemia, según un estudio de la Universidad de Murcia. Los síntomas—fatiga persistente, calambres nocturnos, irritabilidad y taquicardias—suelen atribuirse erróneamente al "cansancio laboral", retrasando el diagnóstico.

¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?
¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?

La deficiencia de magnesio, a su vez, agrava el problema: al ser crucial para la síntesis de melatonina y la regulación del sistema nervioso, su carencia profundiza la desregulación circadiana.

7. Trastornos hormonales y endocrinos

Los trastornos hormonales y endocrinos son causas frecuentes, aunque poco reconocidas, de deficiencia de magnesio. Estos desequilibrios alteran la homeostasis del mineral mediante mecanismos complejos que involucran órganos como los riñones, el intestino y las glándulas endocrinas. A continuación, se detallan las condiciones más relevantes:

Hiperaldosteronismo primario

El exceso de aldosterona, una hormona producida por las glándulas suprarrenales, aumenta la excreción renal de magnesio. En España, esta condición afecta al 5-10% de los pacientes con hipertensión arterial resistente, según la Sociedad Española de Endocrinología. La aldosterona estimula la reabsorción de sodio y agua en los riñones, pero simultáneamente inhibe la reabsorción de magnesio en el túbulo distal. Estudios demuestran que hasta el 40% de estos pacientes presentan hipomagnesemia, lo que agrava síntomas como arritmias y debilidad muscular.

Hipoparatiroidismo

La hormona paratiroidea (PTH) regula los niveles de calcio y magnesio. En el hipoparatiroidismo (déficit de PTH), común tras cirugías de tiroides o por enfermedades autoinmunes, se reduce la reabsorción de magnesio en los túbulos renales. Un estudio del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid reveló que el 60% de los pacientes con hipoparatiroidismo postquirúrgico desarrollan deficiencia de magnesio dentro del primer año, incluso con suplementación de calcio.

Hipertiroidismo

El exceso de hormonas tiroideas (T3 y T4) acelera el metabolismo basal, aumentando la demanda de magnesio para procesos como la síntesis de ATP y la contracción muscular. Además, induce pérdida renal de magnesio al elevar la tasa de filtración glomerular. En España, donde el hipertiroidismo afecta al 0.8% de la población, se estima que el 30% de los casos no tratados presentan hipomagnesemia moderada. Esta deficiencia exacerba síntomas como taquicardia, ansiedad y temblores.

Síndrome de Cushing

El exceso de cortisol, característico de este síndrome, promueve la excreción urinaria de magnesio al interferir con su reabsorción en los túbulos renales. Aunque es una condición rara (prevalencia: 1-2 por millón en España), hasta el 50% de los pacientes presentan niveles bajos de magnesio, según datos del Registro Español de Síndrome de Cushing.

Diabetes insípida nefrogénica

En esta condición, los riñones pierden la capacidad de concentrar la orina, lo que provoca poliuria (micción excesiva) y pérdida de electrolitos, incluido el magnesio. Aunque es poco frecuente, un estudio de la Universidad de Barcelona asoció esta enfermedad con una reducción del 25% en los niveles séricos de magnesio en el 70% de los pacientes.

Conclusión

En resumen, las siete causas comunes de deficiencia de magnesio que van más allá de la dieta incluyen diversas condiciones médicas como la diabetes tipo 2 y las enfermedades gastrointestinales, así como otras afecciones; el uso de ciertos medicamentos, particularmente diuréticos, inhibidores de la bomba de protones y algunos antibióticos; el estrés crónico; la edad avanzada; la pérdida de magnesio a través de fluidos debido a la sudoración excesiva, el ejercicio intenso y el consumo de alcohol; y otras causas menos comunes como el síndrome de realimentación y las transfusiones masivas de sangre. Es fundamental identificar y abordar estas causas para prevenir y tratar eficazmente la deficiencia de magnesio y sus posibles complicaciones.

Recomendaciones

Se recomienda encarecidamente consultar a un profesional de la salud si se sospecha una deficiencia de magnesio. Es importante informar al médico sobre el historial médico completo, incluyendo todas las condiciones preexistentes y los medicamentos que se estén tomando. Adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada rica en magnesio y estrategias efectivas para el manejo del estrés es fundamental. En poblaciones de riesgo, como los adultos mayores, las personas con diabetes, aquellos que toman ciertos medicamentos o que consumen alcohol en exceso, se debe considerar la evaluación regular de los niveles de magnesio. La suplementación con magnesio debe realizarse siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud para determinar la dosis y la forma adecuada, y para evitar posibles interacciones o efectos secundarios.

¿Por qué tengo deficiencia de magnesio?
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